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1. Generalidades

 

1.0 Objetivos

 

Entre los muchos factores que deben tomarse en consideración para obtener buenos resultados en la piscicultura de agua dulce, uno de los más importantes es poseer un buen conocimiento de los suelos y sus características. El objetivo de este manual es ayudarle a adquirir los conocimientos básicos de los suelos que se necesitan para la construcción de estanques, suministros de agua, canales, embalses, azudes y pequeñas presas, y para el ordenamiento eficiente de estanques piscícolas.

 

Para ello aprenderá:

 

  • A investigar su propio suelo mediante ensayos sencillos que usted mismo puede realizar;

  • Cuándo no debe realizar los ensayos si éstos requieren equipos y habilidades demasiado especializados para usted;

  • A comprender el lenguaje técnico de los edafólogos y los ingenieros civiles para poder hacer uso de los análisis y los laboratorios de suelos.

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1.1 ¿Qué es el suelo?

 

El suelo es una mezcla compleja de organismos vivos, materia orgánica, minerales, agua y aire. Tome un puñado de tierra y obsérvelo detenidamente. Verá que es una mezcla de pequeñas partículas de muchos tipos.

El suelo se compone de:

 

  • Partículas orgánicas, de materias vegetales y animales, descompuestas que provienen de plantas y animales vivos;

  • Partículas minerales tales como arena, arcilla, piedras o grava que, alguna vez, fueron parte de rocas mayores.

 

Según su textura, estructura y consistencia, los diversos tipos de suelos retienen mayor o menor cantidad de agua y aire. En la Sección 1.6 se estudiará más a fondo la composición de los suelos.

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1.2 ¿Por qué es necesario investigar su suelo?

 

El suelo es su material básico

 

Si se propone tener éxito en la piscicultura de agua dulce, es preciso que conozca bien su suelo. El fondo de su estanque es de tierra. Después de cavar su estanque, usará la tierra extraída para construir los murallones. 

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Si va a construir un embalse para almacenar agua, utilizará tierra para hacer la presa. Tendrá que cavar en la tierra zanjas o canales desde su suministro de agua hasta sus estanques.

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¿En qué medida el suelo retiene el agua?

 

Es importante saber en qué medida el suelo retiene el agua. 

Esto se denomina permeabilidad del suelo. El suelo permeable no retiene el agua. El suelo impermeable retiene el agua. 

Antes de construir un estanque piscícola tendrá que hacer ensayos del suelo para determinar si su permeabilidad es apta para la construcción de un estanque. Si las pérdidas de agua por infiltración son demasiado grandes, quizás tenga que sellar el fondo de su estanque, o sellar los diques, o quizás descubra que pierde demasiada agua por sus canales de suministro.

 

Pero, recuerde …

 

  • Escoja un sitio para la construcción de su estanque que tenga un buen suelo en el que las pérdidas de agua por infiltración sean mínimas (véase la Sección 2.1, pérdidas de agua por infiltración);

  • Al construir un estanque, un buen suelo garantiza diques fuertes e impermeables que retienen el agua en el estanque. Los terrenos húmedos y cenagosos suelen ser buenos para la construcción de estanques;

  • Al construir su estanque, evite los sitios que tengan huecos o grietas, hormigueros y afloramientos de roca o raíces de grandes arbustos o árboles. Aquí el nivel de pérdida de agua puede ser excesivo y podría ser difícil sellar el fondo del estanque correctamente;

  • Si piensa construir un pequeño embalse, debe seleccionar un buen sitio para la presa, que tenga cerca tierra adecuada para su construcción.

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Cómo realizar un levantamiento de suelos

 

Antes de comenzar a construir un estanque, debe realizar un levantamiento de suelos para determinar si el sitio es satisfactorio para la construcción de estanques. Aprenderá a hacerlo en el Capítulo 2, Planificación y realización de un levantamiento de suelo.

 

1.3 Origen y evolución del suelo

 

¿Cuál es el origen del suelo y cómo se forman las diferentes rocas?

 

Todos los suelos están comprendidos en dos categorías principales: los suelos minerales y los suelos orgánicos.

​

Los suelos minerales provienen de una roca madre denominada material de partida. 

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​Se forman con el tiempo al quebrarse el material de partida por diversos procesos físicos, químicos y biológicos ocasionados por el clima, el drenaje, la lixiviación, la erosión, la vegetación y los organismos vivos.

 

Esto se denomina meteorización. Por ejemplo, las altas temperaturas del suelo rompen las piedras en fragmentos menores mediante el calentamiento y enfriamiento.

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El material de partida se reduce gradualmente a partículas; las superficies mayores entran en contacto con el agua y cambia la composición química de los minerales presentes. Las sustancias químicas solubles son arrastradas o se lixivian, hacia las capas más profundas del suelo, mientras los elementos menos solubles permanecen en las capas superiores del suelo. Continúa el proceso de meteorización y, con el tiempo, se forman suelos minerales como los que conocemos hoy.

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Los suelos orgánicos provienen de materia orgánica. Se forman mediante la acumulación y la descomposición graduales de materias vegetales y animales. Por regla general, se dice que un suelo es orgánico si:

 

  • Más de la mitad de los 80 cm superiores del suelo son orgánicos, o;

  • Se encuentra materia orgánica de cualquier espesor directamente sobre la roca madre.

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Los suelos turbosos son un tipo frecuente de suelo orgánico (véanse las láminas en color). Se forman en lugares escasamente drenados, como valles fluviales y zonas costeras que suelen estar bajo el agua, y en que la descomposición de la materia orgánica vegetal es muy lenta o incluso se detiene. 

​

Las capas de materia orgánica, que se forman con la vegetación, comienzan a acumularse una tras otra sobre el suelo mineral y pueden alcanzar un espesor de varios metros. Los suelos turbosos, formados aproximadamente por un 80% de materia orgánica parcialmente descompuesta, tienen un contenido de agua muy elevado y son muy permeables.

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Existen otros tipos de suelos minerales

 

Algunos suelos minerales se forman a partir de un material de partida que se fragmenta en pequeñas partículas en el mismo lugar por efecto de la meteorización. Estos se llaman suelos residuales.

Otros suelos minerales se forman a partir de pequeñas partículas provenientes de suelos minerales que se formaron en otro lugar, recorrieron alguna distancia y se sedimentaron. Estos se llaman suelos sedimentarios.

 

Suelos formados a partir de un material de partida local: suelos residuales

 

Los suelos residuales se encuentran por lo general en las colinas y se extienden hasta sus estribaciones, a lo largo de las lindes de los valles. Los suelos residuales no suelen encontrarse en amplias superficies llanas, sino en zonas ya suavemente inclinadas, ya bastante escarpadas. La presencia de roca sólida o de material rocoso parcialmente descompuesto debajo del subsuelo indica que el suelo residual se formó en el lugar.

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Suelos formados a partir del material de partida transportado: suelos sedimentarios

​

  • Las partículas que componen los suelos sedimentarios pueden haber sido transportadas por el viento o por el agua.

  • Si las partículas han sido transportadas por el viento, el suelo se forma a partir del loess, que suele ser la mejor capa vegetal agrícola que arrastra el viento desde otras zonas. Se encuentra con frecuencia en terrenos de topografía fuertemente ondulada o colinada. Por lo regular el loess es bastante fértil y contiene una buena cantidad de materia orgánica hasta grandes profundidades

  • Si las partículas han sido transportadas por el agua, el suelo se forma a partir del aluvión y el suelo sedimentario que se produce es un suelo aluvial.

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Los suelos pueden ser transportados por aguas en movimiento como la de lluvia, la de los ríos o de las marismas. La sedimentación puede ocurrir en aguas acumuladas como en los lagos, los pantanos o el mar. 

El agua puede ser dulce o salina (interiores, costeras o de estuario). El transporte puede haber ocurrido hace mucho tiempo o estar ocurriendo hoy. Los aluviones antiguos llevan suficiente tiempo en el lugar como para mostrar las distintas capas que han creado los procesos de formación del suelo. Normalmente se encuentran en terrenos que están muy por encima de los actuales niveles de inundación. Con frecuencia la topografía es llana o suavemente ondulada.

 

Los suelos aluviales son de enorme interés para la piscicultura. Se encuentran en las zonas denominadas llanuras de sedimentación, donde la topografía es, por lo regular, ligeramente ondulada o casi llana.

​

Ello significa que hará falta una cantidad mínima de movimiento de tierra para construir los estanques piscícolas. A menudo, la composición de estos suelos contiene suficiente arcilla para la retención del agua y la construcción de diques. Por regla general, cerca del lugar hay una fuente de agua, aunque no siempre. Los suelos aluviales pueden encontrarse en:

Los aluviones nuevos se encuentran en las llanuras aluviales, a las que han sido llevados por inundaciones recientes, fenómeno este al que continúan expuestos. Es difícil distinguir las capas del suelo. La topografía es generalmente llana, pero también se encuentran ondulaciones pequeñas y cañadas. Estos suelos suelen ser muy fértiles.

​

Nota: es posible que hace miles de años hubiera un mar o un lago en un lugar que hoy está cubierto de montes o sabanas. Este suelo es aluvial aun cuando ya no haya agua.

 

  • Llanuras aluviales de ríos expuestas a inundaciones estacionales;

  • Deltas de ríos, en que se encuentran sedimentos fluviales junto con un manto freático constantemente alto;

  • Estuarios fluviales en cuya sedimentación influyen los movimientos de la marea en el punto de transición de agua dulce a agua de mar;

  • Llanuras costeras en que las mareas crean depósitos de agua de mar.

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1.4 El suelo y el subsuelo de los suelos minerales

 

Es la capa en que se produce la mayor parte de las actividades biológicas, como las excavaciones y las deyecciones de los animales, el crecimiento de las raíces de las plantas, la descomposición de la materia orgánica, y las actividades agrícolas del hombre. En ella es mayor la circulación del aire, el agua y las sustancias químicas, y el suelo es más friable. Al arrastrar el agua los minerales y las materias orgánicas de la superficie a las partes más profundas, se pueden reconocer dentro de este estrato superior dos capas más estrechas que son.

 

El estrato superior: el suelo

 

Esta es la capa donde tiene lugar la mayor parte de las acciones biológicas, como animales que excavan, animales enterrados, raíces de plantas creciendo, descomposición de materia orgánica y cultivos humanos. La circulación del aire, el agua y materias químicas desde la superficie hasta las partes más profundas, se pueden reconocer dentro de este estrato de superficie dos pequeñas capas que son :​

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  • El suelo superficial o capa superior, que suele ser poco profundo, y, a veces, es cultivado por el hombre. El suelo superficial contiene materia orgánica y la mayoría de las raíces secundarias de las plantas que viven en él. Es de color más oscuro y en algunos casos puede ser hasta negro. En el fondo de este suelo superficial puede haber una capa delgada de grava;

  • El suelo propiamente dicho, la segunda capa, que es de color más claro y contiene las raíces de las plantas mayores, como los arbustos y los árboles.

 

El estrato inferior: el subsuelo

 

Es la capa más profunda y en ella sólo penetran las raíces mayores de los árboles. En esta capa es muy reducida la circulación del aire, el agua y las sustancias químicas, y el suelo es duro. El aspecto general de este subsuelo varía según su origen:

 

  • Si es un suelo residual (véase ilustración) la cantidad de piedras aumenta rápidamente hacia el fondo del subsuelo hasta llegar a la roca madre;

  • Si es un suelo sedimentario (véase ilustración en está página) las capas de suelo pueden ser más estrechas. Cada capa puede tener su propia composición según el modo en que fue sedimentada. Estos suelos a menudo son bastante profundos y la roca madre se encuentra a varios metros de la superficie.

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1.5 Los horizontes del suelo en los suelos minerales

 

Existen muchos tipos distintos de suelos

 

Ya sabe usted (Sección 1.3) que existen muchos tipos de suelo y que dentro de ellos hay muchas variaciones. Los suelos pueden ser de poca o gran profundidad, lixiviados* o salinos, maduros o inmaduros. Las características de los suelos varían de acuerdo con:

 

  • Las condiciones locales, como la topografía, el clima, la vegetación y la actividad humana;

  • El tipo de material de que se ha derivado el suelo;

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​Ejemplo

​Los suelos residuales difieren de los suelos sedimentarios; materiales de partida tan diversos como el granito*, el basalto*, el gneiss* y los micasquistos* se transforman en de suelo.​

​

  • Cantidad de tiempo que lleva formándose el suelo.

​​Ejemplo

Suelos maduros son los suelos viejos y bien formados; suelos inmaduros son aquellos que son nuevos y no están completamente formados.

Los horizontes del suelo son capas que caracterizan a cada tipo de suelo

​

Al igual que existen muchos tipos y variaciones de suelo, también hay variaciones en las capas horizontales que son típicas de todos los suelos. Las capas de suelo tienden a variar de un lugar a otro en el número, grosor individual, color, y características físicas y químicas.

 

Las capas principales que se analizan en la Sección 1.4 (El suelo y el subsuelo de los suelos minerales) se subdividen en capas más delgadas llamadas horizontes dominantes. Cada horizonte dominante puede subdividirse a su vez en subhorizontes.

 

¿Cómo se forman los horizontes del suelo?

 

Las propiedades físicas de los estratos del suelo, desde la superficie del terreno hasta una profundidad de unos 1.5 - 2 metros o, en ocasiones, a mayor profundidad, se ven afectadas por los cambios en el contenido de agua y la temperatura según la estación, y por diversos agentes biológicos como raíces, gusanos, insectos y bacterias

 

La parte superior del suelo mineral, el horizonte dominante A, está sometida a los efectos mecánicos de la meteorización y a la pérdida de algunos de sus elementos debido a la lixiviación. En la parte inferior del estrato del suelo, el horizonte dominante B, se precipitan y acumulan algunas de las sustancias lixiviadas de la parte superior .

 

Debajo del horizonte dominante B, la naturaleza del suelo se determina por el tipo de roca madre del que se formó, la manera en que se depositó y por hechos geológicos ulteriores.

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¿Cómo se forman los horizontes del suelo?

​

Las propiedades físicas de los estratos del suelo, desde la superficie del terreno hasta una profundidad de unos 1.5 - 2 metros o, en ocasiones, a mayor profundidad, se ven afectadas por los cambios en el contenido de agua y la temperatura según la estación, y por diversos agentes biológicos como raíces, gusanos, insectos y bacterias

 

La parte superior del suelo mineral, el horizonte dominante A, está sometida a los efectos mecánicos de la meteorización y a la pérdida de algunos de sus elementos debido a la lixiviación. En la parte inferior del estrato del suelo, el horizonte dominante B, se precipitan y acumulan algunas de las sustancias lixiviadas de la parte superior .

 

Debajo del horizonte dominante B, la naturaleza del suelo se determina por el tipo de roca madre del que se formó, la manera en que se depositó y por hechos geológicos ulteriores.

El suelo adiciones, movimientos, cambios, pérdidas

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¿Cómo se clasifican los horizontes del suelo?

 

El sistema de clasificación que emplean los edafólogos para designar los horizontes del suelo es complejo. Emplearemos el sistema más simplificado, que figura en el Cuadro 1 en el que las letras mayúsculas H, O, A, E, B, C y R indican los horizontes dominantes.

 

Para designar los subhorizontes se añade un número a la letra del horizonte dominante. Está clasificación se hace en cada horizonte dominante, en orden descendente. 

Por ejemplo, el horizonte dominante B puede subdividirse en los subhorizontes B1, B2, B3 .

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Identificación de los horizontes del suelo: el perfil del suelo

 

La manera más fácil de identificar y describir cada uno de los horizontes del suelo es examinando un perfil del suelo no alterado. Un perfil del suelo es un corte vertical del suelo que muestra el espesor y la secuencia de cada uno de los horizontes. Para identificar los horizontes del suelo, siga el procedimiento:

 

  • Observe el perfil del suelo e identifique los horizontes dominantes;

Dibuje un perfil del suelo en que se muestren los horizontes dominantes. Clasificarlos según la técnica ya indicada;

Identifique, dibuje y clasifique los horizontes dominantes

  • Estudie cada horizonte dominante por separado y determine los subhorizontes, si los hay. Clasifique los subhorizontes de cada horizonte dominante por orden numérico, de arriba hacia abajo, como se ha indicado;

  • Una vez que haya dibujado el suelo, mida la profundidad de la parte superior e inferior de cada horizonte y anote esas profundidades en el dibujo. La profundidad debe medirse en centímetros desde la superficie del suelo (inmediatamente debajo de cualquier capa de hojas u otra vegetación no descompuesta) hasta los Límites superior e inferior de cada horizonte.

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Nota: si se observan cambios en el espesor de los horizontes del perfil, afiada una nota en que se consigne la amplitud de ese cambio. En la ilustración, la parte superior del subhorizonte B2 varía entre 51 y 62 centímetros y la inferior entre 90 y 94 centímetros. Por lo tanto, el espesor del subhorizonte B2 varía entre 32 y 39 centímetros.

Cuadro 1. definiciones y designaciones simplificadas de los horizontes dominantes del suelo

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Mida cada horizonte

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Anote las profundidades en el dibujo

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1.6 Composición del suelo

 

En la Sección 1.1, ya ha visto que el suelo es una mezcla compleja de organismos vivos, materia orgánica, minerales, agua y aire. En ésta sección aprenderá algo más sobre algunos de estos elementos del suelo.

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La materia orgánica del suelo

​

A veces la materia orgánica es fácil de distinguir por su tamaño, por ejemplo, hojas pequeñas, ramitas, pedazos de madera podrida y gusanos. Hay otro tipo de materia orgánica tan pequeña que resulta invisible. Se denomina humus y se halla en el suelo en estado coloidal*.

​

El humus proviene de las plantas y los animales muertos que se descomponen en el suelo. No puede verse como los minerales, pero se sabe que está en el suelo por su color. El humus hace que el suelo parezca más oscuro que de costumbre, incluso negro (véanse láminas en color). Las partículas de humus tienen la propiedad de atraer fuertemente los minerales del suelo hacia su superficie mediante la absorción*.

Materia orgánica del suelo

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Los minerales del suelo

 

Los minerales están presentes en forma de partículas de diversos tamaños. En algunos casos, esas partículas pueden unirse y formar terrones mayores. Las partículas minerales reciben distintos nombres, según su tamaño, tales como pedrejón, piedra, guijarro, grava, arena, limo o arcilla.

 

Algunas de estas partículas pueden verse con facilidad pero algunas de las más finas, como el limo y la arcilla, sólo son visibles a través del microscopio. Las partículas de suelo más finas, denominadas arcilla coloidal*, son invisibles.

Minerales del suelo

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Las partículas de arcilla coloidal también tienen la propiedad de atraer fuertemente los minerales del suelo a su superficie mediante la absorción*.

 

Las partículas minerales se clasifican teniendo en cuenta su tamaño. Según el país y los objetivos del estudio (ingeniería, agricultura o conservación de suelos), se emplean distintos sistemas de clasificación, aunque se ha tratado de normalizarlos. En el Cuadro 2 figuran diversos sistemas de clasificación.

Agua del suelo

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El agua del suelo

 

El agua del suelo puede existir en dos formas: como agua libre o como agua ligada. El agua libre se encuentra en las porosidades del suelo* y el agua ligada se halla unida a las partículas del suelo como una película (agua de cohesión*) o es adsorbida* por la superficie de la partícula del suelo (agua de adhesión*).

 

La permeabilidad del suelo consiste en el movimiento del agua libre a través de los poros, fisuras y cavidades del suelo. En el Capítulo 9 se analizará este aspecto más a fondo. El agua ligada puede ser de gran importancia, en especial cuando las partículas del suelo son muy finas, a causa de la influencia directa que ejerce en algunas de las propiedades mecánicas del suelo como el coeficiente de contratación-dilatación (véase la Sección 10.4). Cuando las partículas del suelo son muy finas, como en el caso de las partículas de arcilla, el agua y las sustancias químicas pueden ser adsorbidas fuertemente hacia su 

superficie. Por ende, el contenido de agua de la arcilla puede variar notablemente. Las partículas de arcilla pueden adsorber basta 600% de su peso seco, lo que correspondería a una dilatación* diez veces mayor que su volumen original en seco.

El aire del suelo

 

Los suelos también contienen una proporción de aire en los espacios libres que existen entre las partículas y entre los terrones o agregados del suelo. También se encuentra en las fisuras y cavidades que originan la actividad de organismos vivos tales como gusanos, termitas, hormigas, roedores y raíces de plantas.

 

El volumen de la atmósfera del suelo se determina principalmente por la naturaleza física de éste, su contenido de agua, su grado relativo de compactación *, y por el grado de actividad biológica de los organismos vivos presentes.

Porosidad media de suelo como porcentaje del volumen total

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1.7 Tipos básicos de suelos

 

En la Sección 1.3 ya hemos visto que los suelos son minerales u orgánicos y que varían de acuerdo con su origen. Los suelos minerales se derivan de un material de partida y se desarrollan o bien localmente (suelos residuales) o después de ser transportados (suelos sedimentarios).

Cuadro 2. Diferentes sistemas de clasificación de las partículas minerales del suelo

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* DSC cataloga la arcilla y el limo en una sola categoría llamada FINAS

Nota: Clave para la s partículas minerales de suelo

Nota: Símbolos usados para limo, arena y grava

  1. Sistema Internacional (Clasificación de Atterberg)

  2. Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA)

  3. American Society for Testing Materials (ASTM), y US Public Roads Administration (USPRA)

  4. US Bureau of Soils (USBS)

  5. Mássachusetts Institut of Technology (MIT), y Bristol Standards Institute (BSI)

  6. Sistema Unificado de Clasificación de los Suelos (USC), Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos (USCE), Oficina de Colonización de los Estados Unidos (USBR) e Indian Standards Institution

Los suelos orgánicos, por lo general, se originan mediante la acumulación de materias vegetales (suelos orgánicos).

 

También hemos visto que los elementos fundamentales del suelo son variados. En particular, el tamaño de los diversos materiales puede variar considerablemente de un suelo a otro. De acuerdo con el elemento que predomine en un suelo, podemos clasificarlos en los tipos básicos siguientes:

 

Grava y arena

De las partículas que componen el suelo, las que pueden ser más fáciles de reconocer son la grava y la arena, que aparecen como fracciones de roca visibles sin coherencia. Si tomamos en la mano un poco de arena seca, está se deslizará entre los dedos como el agua porque la arena no es un material estable. Los suelos arenosos son fáciles de trabajar y no se adhieren a las herramientas. El aire y el agua circulan a través de ellos con facilidad. La grava y la arena pueden distinguirse por su tamaño, como se indica en el Cuadro 2. Para los fines de este manual, emplearemos los tamaños siguientes:

 

  • Las partículas de arena tienen un diámetro menor de 0,2 cm (o 2 mm);

  • Las partículas de grava tienen un diámetro de 0,2 a 7,5 cm;

  • Las partículas mayores que la grava comúnmente se denominan piedras (7,5 a 25 cm) o pedrejones (más de 25 cm de diámetro).

 

Limo inorgánico

Las partículas de limo son mucho más pequeñas que las de arena; no son visibles a simple vista y están mucho más próximas unas de otras. El limo no deja pasar el agua tan fácilmente como la arena, y es menos permeable. Cuando el limo seco se desmenuza, se convierte en un polvo no tan fino como el de arcilla. Los suelos limosos no se agrietan cuando se secan y no se adhieren a las herramientas cuando están húmedos. Los suelos limosos son más difíciles de trabajar que los arenosos, pero más fáciles que los arcillosos.

 

Nota: el limo inorgánico tiene una apariencia lisa, como la arcilla, con la que a menudo se confunde. Pero el limo puede distinguirse rápidamente de la arcilla mediante el ensayo de sacudimiento. Es importante establecer esta diferencia, ya que algunos suelos limosos pueden resultar muy inestables cuando están húmedos, por ejemplo, cuando se utilizan en la construcción de diques y quedan bajo el agua. Por el contrario, la arcilla es un material de construcción estable.

 

Limo orgánico

Las partículas de limo inorgánico se mezclan con partículas muy finas de materia orgánica, algunas todavía visibles, como las conchas y las materias vegetales. EI color del suelo varía desde el gris claro hasta el muy oscuro. Por lo general, el limo orgánico huele a materia orgánica en descomposición.

 

Arcilla inorgánica

La arcilla es la parte más fina del suelo y muchas de sus partículas no son visibles incluso bajo el microscopio. Tiene fuertes propiedades de retención para el agua y las sustancias químicas. La mayoría de" las arcillas se pueden reconocer fácilmente ya que al perder agua se agrietan y forman terrones muy duros. La arcilla adsorbe muy lentamente el agua, pero una vez que lo hace, es capaz de retenerla en grandes cantidades y entonces dilatarse hasta alcanzar más del doble de su volumen. La arcilla se torna muy adhesiva al humedecerse, y cuando se sostiene en la mano, se adhiere a los dedos. Cuando los suelos arcillosos están húmedos se vuelven demasiado adhesivos para trabajarlos y cuando están secos son demasiado resistentes al laboreo.

 

Note: Se puede ver la diferencia entre arcilla inorgánica y limo inorgánico, usando ensayo de sacudimiento. Al frotar la arcilla seca entre los dedos no se desprende polvo de su superficie. Asimismo, la arcilla inorgánica suele ser de color amarillo, rojo o blanco.

 

Arcilla orgánica

Este tipo de arcilla contiene materia orgánica muy fina. Generalmente es de color gris oscuro o negro. La arcilla orgánica suele tener un fuerte olor a materia orgánica en descomposición.

Turba

La turba es un suelo verdaderamente orgánico compuesto por fragmentos visibles de materia descompuesta. Su color varía del pardo claro al negro. Huele a materia orgánica.

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Nota: la mayoría de los tipos de suelos se componen de una mezcla de dos tipos diferentes de suelos. Se llaman suelos compuestos, y se les denomina de acuerdo con los elementos principales y secundarios que contienen.

Suelo compuesto

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1.8 Algunos ejemplos de nombres específicos de suelos

 

Capa dura

Suelo que ofrece una resistencia excepcionalmente grande a la penetración de herramientas de perforación. Por lo general, es un suelo mineral muy denso de arcilla, arena y grava que se ha cementado basta formar una capa semejante a la roca. No se ablanda al humedecerse y para cavar en él se requiere un pico.

 

Loess

Sedimento que transporta el aire, generalmente de color pardo claro. La variación en el tamaño de las partículas es muy pequeña (0,01 a 0,05 mm). Las partículas se unen con fuerza debido a un material aglutinante calcáreo o arcilloso. Presenta extensa penetración de raíces.

 

Bentonita

Arcilla con alto contenido de montmorillonita*, que es arcilla muy fina. La bentonita suele derivarse de la transformación química de la ceniza volcánica. Al añadírsela agua, la bentonita seca se dilata más que otros tipos de arcilla seca. Pero al secarse, también se contrae mucho más. La bentonita puede emplearse para sellar los fondos de los estanques que no sean suficientemente impermeables.

 

Suelo negro de algodón

Suelo arcilloso pesado que suele contener del 40 al 50 por ciento de arcilla, en su mayor parte montmorillonita*, poca materia orgánica y una elevada proporción de carbonato cálcico. El color varía desde gris claro basta gris oscuro, negro o negro-azul (véanse las láminas en color). Al humedecerse se hace muy adherente, blando y dilatado, y su capacidad de resistencia se reduce. Al secarse, se contrae considerablemente, entre un 20 y un 30 por ciento. En la superficie aparecen grandes grietas que pueden alcanzar basta 3 m de profundidad. Este tipo de suelo,por regla general, tiene una profundidad que oscila entre 1 m y 3,6 m, o más. Suele encontrarse en climas cálidos y relativamente secos. En la India recibe el nombre de «regur».

 

Suelo laterítico

Nombre antiguo con el que se denomina un suelo tropical muy uniforme, típico de las zonas tropicales húmedas. La meteorización intensa y continua durante un período muy largo de tiempo ocasiona la lixiviación* de sustancias químicas (como la sílice), la acumulación de sales de hierro y aluminio y la formación de arcillas. La actividad biológica es intensa, especialmente en condiciones boscosas, y el sistema radicular está muy extendido. Este suelo es normalmente de color rojizo o amarillento. Cuando hay influencia de aguas freáticas en la zona de O a 125 cm, suele formarse un material arcilloso firme con un alto contenido de hierro (plintita*), que aparecen forma de manchas*rojas (véanse las láminas en color). Al quedar expuesto al aire, se seca y se torna irreversiblemente duro (laterita o piedra ferruginosa), y forma una capa dura (véase supra) o concreciones duras.

 

Suelo ácido-sulfático

El suelo ácido-sulfático se caracteriza por su gran acidez (pH inferior a 4) y por la presencia de manchas amarillas generalmente abundantes (véase la Sección 5.1 y las láminas en color). Esas manchas indican la presencia de un compuesto de sulfato de hierro (jarosita) que se forma por la exposición al aire (oxidación*) y la acción bacteriana a partir de un mineral que con tiene hierro y piritasulfurosa. Estos suelos se encuentran en zonas salinas, como los manglares costeros, o en zonas de agua dulce, como las llanuras fluviales. En Asia sudoriental abundan los suelos ácido-sulfáticos de agua dulce, por ejemplo, en la Llanura de los Juncos, en el delta del Mekong, y en la Llanura de Bangkok, en Tailandia. La utilización de estos suelos para la piscicultura debe planificarse cuidadosamente (véase la Sección 4.2).

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